El presidente de la Fundación Toro de Lidia, que el 19 de septiembre ofrece una novillada con picadores en Antequera, considera que “todo se intenta politizar, incluso muchas veces yendo en contra de nuestra propia esencia”. “Se ha demostrado que donde se programan festejos taurinos se genera riqueza”, defiende el ganadero.

El Circuito de Novilladas con Picadores de Andalucía celebrará el próximo 19 de septiembre su tercera semifinal en el coso de Antequera. El novillero fuengiroleño Juan Carlos Benítez será el representante malagueño en este ciclo impulsado por la Fundación Toro de Lidia. El ganadero Victorino Martín es su presidente.

 

¿Podríamos decir que la Fundación del Toro de Lidia ha salido al rescate de los novilleros con picadores?

Aunque al final hemos tenido que hacer algo mucho más modesto de lo inicialmente planteado, la situación de los novilleros con picadores es una de las inquietudes que tiene la Fundación. El futuro de la Fiesta pasa por ellos, y sabemos que las novilladas sin picadores están bien cubiertas por la actividad de las escuelas taurinas, pero al debutar con caballos se sube un escalón que se hace muy complicado para los jóvenes que aspiran a ser toreros.

 

La crisis del coronavirus a punto estuvo de echar al traste este proyecto. ¿Qué papel ha tenido la Junta de Andalucía en su mantenimiento?

Ha sido fundamental, sin su apoyo no podríamos haber hecho nada. La Fundación tiene los medios justos para ir sobreviviendo, y el impulso económico y también anímico que nos ha dado la Junta ha sido imprescindible. Sin ella no habría sido posible organizar las cuatro novilladas que componen este circuito.

 

¿Tiene el mundo del toro que avergonzarse por recibir esta ayuda pública?

¿Porqué? Si nosotros somos ciudadanos como los demás… No hay nada de lo que avergonzarse. Nosotros hemos presentado un proyecto que, además, genera riqueza en los municipios donde se desarrolla. Nosotros recibimos, pero además aportamos. Se ha demostrado que donde se programan festejos taurinos se genera riqueza porque se producen movimientos económicos; además de un movimiento cultural importante para la población. No solo no nos avergonzamos, sino que estamos orgullosos de poder colaborar, primero con la tauromaquia, y después con la sociedad.

 

Entre las diferentes localidades que inicialmente iban a acoger un ciclo de unos 15 festejos se han quedado solo cuatro. ¿Por qué han decidido mantener la plaza de toros de Antequera?

Se trata de una ciudad y una plaza que reunía todas las condiciones, por su historia, por su afición, por sus comunicaciones… Hemos pretendido que se celebre en plazas singulares, y la de Antequera es una plaza preciosa. En un futuro queremos ser más ambiciosos aún, y hacer llegar estas novilladas a plazas en las que, por unos motivos u otros, la organización de espectáculos taurinos se haya podido ver interrumpida en los últimos años. Así, alcanzaríamos diferentes objetivos como pueden ser el relanzar a los novilleros y también potenciar la economía rural y recuperar la tradición taurina de algunas localidades.

 

¿Qué le parece que la tauromaquia se haya convertido en arma arrojadiza entre las diferentes fuerzas políticas?

No solo es la tauromaquia. Actualmente todo está politizado, y desde luego no estamos en ese sentido en el mejor momento de este país. Pienso que, por encima de todo, los políticos tienen que estar al servicio de los ciudadanos, y no al revés. Todo se intenta politizar, incluso muchas veces yendo en contra de nuestra propia esencia, nuestra propia economía y nuestros propios intereses generales. Tenemos unos políticos que muchas veces piensan más en los intereses propios que en los intereses del ciudadano.

 

¿Piensa que, particularmente durante esta pandemia, se ha pretendido demonizar al mundo del toro?

No particularmente en esta pandemia, llevamos años en los que se está demonizando. Hay una corriente que intenta hacer un trato discriminatorio con los toros, hay muchas cosas que no se entienden, como que no estemos presentes de una forma real en los Presupuestos Generales del Estado, y no se tenga en cuenta todo lo que significa el toro para este país desde el punto de vista cultural, social, económico o medioambiental. No se entiende que siendo el segundo espectáculo de masas de España se nos excluya de los informativos estatales que pagamos todos. Los toros se están intentando demonizar desde hace mucho tiempo, y en este momento hay gente, incluso grupos políticos, que aprovechan cualquier circunstancia para realizar un ataque frontal contra la tauromaquia.

 

En estos últimos meses han sido especialmente duros con el Gobierno por la exclusión de los profesionales taurinos de las ayudas laborales.

Ahí ha habido un vacío legal en el que la ministra de Trabajo se ha amparado para discriminar a la gente del toro. Desde la Fundación hemos hecho todo lo que estaba en nuestras manos, y confiamos que este tema quede solucionado en este mes de septiembre.

 

Desde su creación, la FTL ha querido aglutinar a todos los sectores taurinos. ¿Qué papel están desarrollando los capítulos provinciales, como el de Málaga?

Nuestro objetivo es crear una red nacional de capítulos, y el de Málaga fue el pionero de España. Nuestra intención es que todos los aficionados y profesionales estén integrados en ellos y que jueguen un papel estratégico. Las delegaciones que ya están funcionando están desarrollado una labor excepcional. Con nuestra unidad podemos demostrar que las personas a las que nos gustan los toros somos muchísimos, y dirigir nuestros esfuerzos a la consecución de una tauromaquia mejor, de un respeto por parte de nuestra autoridades y de normalizar la relación con la sociedad.

 

¿Esa búsqueda de la unidad del sector es el principal reto de la Fundación del Toro de Lidia?

Es uno más, tenemos muchos frentes abiertos. En estos momentos especialmente complicados se ha creado un comité de crisis, aunque a nivel general, todo lo que signifique normalización de la tauromaquia dentro de la sociedad es nuestro objetivo.