Sin estar reconocidas de un modo oficial, estos centros mantienen su actividad de forma telemática a la espera de poder recuperar sus entrenamientos y clases presenciales. El 2 de junio concluye la adjudicación actual de la escuela de la Diputación de Málaga.
Ya sabemos que las aulas de los centros escolares andaluces no abrirán en lo que resta de curso por la pandemia de coronavirus. Sin embargo, hay otros espacios formativos que quedan al margen de las directivas marcadas, en este caso, por la consejería de Educación de la Junta de Andalucía.
Uno de estos casos es el de las Escuelas Taurinas, que si bien mantienen como una vieja aspiración el que se equipare su actividad con un ciclo de Formación Profesional, lo cierto es que ese reconocimiento oficial nunca se ha producido.
Ante este panorama, es la Asociación Andaluza de Escuelas Taurinas la que mantiene el contacto con la Junta de Andalucía, concretamente con la consejería de Presidencia que encabeza Elías Bendodo, para marcar todos los pasos a dar hasta lograr la desescalada definitiva.
El también malagueño Miguel Briones, como director general de Espectáculos Públicos, es otro de los pesos pesados de la administración andaluza en materia taurina, que mantenía días pasados una conferencia con representantes de distintos estamentos. Entre ellos estaban el diestro de Manilva Salvador Vega o el presidente de La Malagueta Antonio Roche.
La Junta se ha comprometido a que el XXVI Ciclo de Promoción de Novilladas sin Picadores de Escuelas Taurinas Andaluzas se celebre, si es necesario, a puerta cerrada y sin público, siendo televisado por Canal Sur TV. Constaría de nueve preliminares y una final. Sin embargo, para afrontar estos compromisos, los alumnos tienen que seguir su preparación en unas condiciones muy particulares.
El teletrabajo también se ha impuesto en la formación taurina, caso de la Escuela Taurina de la Diputación Provincial, que nada más decretarse el estado de alarma cerraba sus instalaciones en la plaza de toros de La Malagueta. Desde entonces, se han habilitado diferentes fórmulas para que los alumnos sigan evolucionando.
En estas semanas de confinamiento, se ha incidido en las clases teóricas, facilitándose test para realizar, y que incluso están siendo compartidos con los aficionados. También se están difundiendo a través de plataformas digitales clases teóricas sobre la historia del toreo o el análisis de faenas históricas.
Todos sus profesores y preparadores mantienen su actividad y van mandando sus tareas prácticas a los alumnos, para que las vayan realizando en sus casas, lógicamente según sus posibilidades. Los más afortunados, cuentan con un patio o terraza donde desplegar el capote y la muleta. Otros tienen que arrinconar muebles del salón para habilitarse un reducido ruedo. Lo importante, en estos casos, es la voluntad y no perder el contacto con los trastos de torear.
Una vez se avance en las fases de la desescalada, las escuelas se plantearán el regreso a las clases presenciales, siempre que las autoridades así lo permitan y con todos los medios de seguridad a su alcance. Según señala el gerente de la Escuela de Málaga, Óscar Plaza, la intención de este centro es regresar en cuanto sea posible, con grupos reducidos que serán atendidos por el maestro Fernando Cámara o alguno de los demás profesores, que permanecen dados de alta durante todo este proceso.
En cierto modo, el proceso puede ser similar al que ya han iniciado los equipos de fútbol, con medidas básicas como el uso de guantes y mascarillas, mantener la distancia de seguridad, la desinfección de los materiales empleados o no compartir los capotes y muletas. Con esto, y el visto bueno de la Diputación para regresar a sus instalaciones, podrían darse las condiciones para volver a torear de salón.
El retorno al campo, otro de los pilares de la formación en las escuelas taurinas, se plantea a día de hoy más complicado. Aunque la Junta de Andalucía ha autorizado estas tareas en las ganaderías, el problema a día de hoy es desplazarse en un mismo vehículo personas que no residen en un mismo hogar. Además, en el caso concreto de Málaga, tentar dentro de los límites de nuestra provincia reducen aún más las opciones de ‘ver un pitón’, como se dice en el argot.
Finalmente está la opción de organizar una clase práctica o magistral en La Malagueta o cualquier otra plaza de la provincia. A partir de la fase tres incluso podría ser con un aforo reducido y muy controlado. Al no depender de la taquilla sería viable; aunque nuevamente los tiempos juegan a la contra de la Escuela Taurina de la Diputación Provincial de Málaga, ya que el 2 de junio concluye el plazo de adjudicación a los actuales gestores, sin que haya habido opción de convocar un nuevo concurso público.
Desde el Área de Cultura se trabaja en ampliar el contrato, hasta un plazo de nueve meses, tal y como se establece en el artículo 34 del Real Decreto aprobado por la crisis del Covid-19. Sin embargo, de momento, todo es incertidumbre para determinar si los alumnos podrán seguir formándose en su sueño de ser toreros, y si será la Escuela Taurina la que haga que la temporada no pase en blanco en La Malagueta con la celebración de su Certamen Internacional en el mes de agosto.