Fortes regresaba a la plaza donde hace once años se convertía en matador. En Bilbao le aguardaba una complicada corrida de Miura, con un peligro sordo evidente pero también con una sosería generalizada. El matador malagueño dejó constancia de su concepto de quietud y gusto con el capote, la única opción que tuvo de lucimiento.

Salía el primero de la tarde suelto, mirando por encima de las tablas antes de centrarse en el capote que le presentaba el diestro Domingo López Chaves. Siempre con la cara alta en el caballo y banderillas, mantuvo este comportamiento el de Miura durante toda la lidia. El matador procuró alargarle las embestidas en una faena muy profesional y de enorme solvencia en función de las características del animal.

Sin humillar y soltando la cara, el cuarto de la tarde obligaba nuevamente a López Chaves a tirar de oficio para pasaportarlo sin pasar dificultades.

Recibía Manuel Escribano a porta gayola a su primero, devuelto por falta de fuerza después de que Fortes le realizara un quite. En el sobrero, de La Palmosilla, lo pudo lancear a la verónica para rematar con dos medias. Aprovechó también sus buenas embestidas otra vez Fortes con un quite por gaoneras. Mantuvo la calidad en la muleta, aunque muy venido a menos; por lo que pese a la disposición del matador, el conjunto no alcanzó las cotas esperadas.

Se fue nuevamente Escribano a recibir a la puerta de chiqueros a su segundo. Aunque metía la cara con más franqueza que sus hermanos, este Miura tampoco se terminaba de entregar. Conforme avanzaba la lidia, fueron multiplicándose también las complicaciones de un astado que terminó defendiéndose y con la cara arriba.

Se quedó muy corto con el capote el primero de Fortes. Brindó al público en el reencuentro con la plaza donde tomó la alternativa hace 11 años. Plantó las zapatillas en la negra arena bilbaína, para sacarle de uno en uno los derechazos, intentando enroscárselos atrás. Por izquierda no quiso ni uno. Fue valorada su quietud y valor incontestable en un final  de faena en las cortas distancias.

‘Erizo’, el sexto de la tarde, fue el toro más serio de la tarde. El temple se hacía presente en las verónicas de recibo a la fiera, así como con una media marcando los tiempos. Se levantó un vendaval como dificultad añadida a las múltiples complicaciones de este astado de Miura. Fortes se quiso poner en el sitio, seguir siendo fiel a su concepto, aunque en este caso cualquier opción de lucimiento era una utopía. Completó su solvencia ante el legendario hierro con una estocada. Más que solvente.

  • Plaza de toros de Bilbao.
  • Semana Grande.
  • Se lidiaron toros de Miura, bien presentados y con complicaciones. Un sobrero (2) de La Palmosilla, noble a menos.
  • López Chaves: dos pinchazos y estocada tendida (ovación) y media estocada, pinchazo y estocada (ovación)
  • Manuel Escribano: estocada baja (silencio) y pinchazo y estocada (palmas).
  • Fortes: estocada desprendida y tres descabello (ovación tras aviso) y estocada y descabello (silencio).
  • Pobre entrada en tarde de bochorno y tormentosa.