Los repetidos fallos a espadas privaron al diestro Joaquín Galdós de un nuevo triunfo en su encerrona ante cuatro astados en la singular plaza peruana de Celendín. Con lleno a reventar en la empalizada, el ex alumno de la Escuela Taurina de la Diputación de Málaga ofreció una buena dimensión que no se vio reflejada en los trofeos.

FOTO: Revista Fiesta Brava

Esta es la reseña del festejo:

  • Se lidiaron cuatro toros de San Simón.
  • Joaquín Galdos (único espada): palmas, silencio, palmas y silencio.

Para actuar en Celendín, el diestro tuvo que recorrer los 1.750 kilómetros que le separan de Chalhuanca, donde toreó el día anterior. Hoy hace el paseíllo en Sicaya, distante en 1.240 de Celendín.