La suspensión de la corrida de toros anunciada para ayer domingo 8 de octubre en la plaza de Fuengirola vuelve a suponer un duro golpe para la tauromaquia en este municipio, el más taurino de toda la Costa del Sol. Desde la venta del inmueble al empresario sueco Mark Georg Skarman, la continuidad de la celebración de espectáculos ha quedado en entredicho.
Tras la ruptura del acuerdo que la anterior propiedad mantenía con la empresa Tauroemoción, se realizaron diversos acercamientos por parte de aficionados fuengiroleños que nunca fructificaron. Así, cuando parecía que la Feria del Rosario iba a quedarse sin toros, saltó la noticia por parte de la empresa Tauro Sevilla de que anunciaban una corrida de Osborne para Javier Conde, El Fandi y Juan Carlos Benítez.
El jueves pasado saltaba la noticia, adelantada por este medio, de la suspensión “por discrepancias con la propiedad”.
Ahora, Estefanía Muñoz, gerente de Tauro Sevilla, explica los motivos que han llevado a tomar esta decisión, “que nada tiene que ver con que se hubieran vendido más o menos entradas, ya que el ritmo que llevaba la venta era bueno”.
Tal y como se anunciaba en los carteles, el lunes 2 se abrían las taquillas de la plaza. Fue el único día que se les permitió el acceso, «antes de que se nos echara a la calle como a un perro». “El motivo real de la suspensión ha sido el impedirnos el acceso a la plaza de toros para todo”, señala Muñoz.
“Como consecuencia de no poder acondicionar el ruedo, no poder desembarcar con anterioridad a la fecha de la corrida, y sobre todo no poder abrir las taquillas, nos vimos obligados a tomar esta decisión”, añade. “¿Si no podíamos vender entradas, cómo íbamos a echar para adelante la corrida?”, se queja.
“Se nos ha impedido algo tan básico como acceder a los aseos”, añade denunciando que “se nos llegó a pedir más dinero de alquiler si queríamos acceder al ruedo o a los servicios, una circunstancia a la que nos negamos por considerarla una coacción o un chantaje”.
Estefanía quiere tranquilizar a todo el que adquirió una entrada previamente. “Se van a devolver todas en el mismo punto de venta donde se adquirieron”, asegura informando de un número de teléfono de contacto (681 962 564). “Vamos a estar en la plaza lunes, martes y miércoles de 11 a 14 y de 17 a 20 horas”, indica puntualizando que “como nos impiden el acceso a la plaza, estaremos por los alrededores o en el restaurante que hay al lado”.
El contrato firmado fue exclusivamente para este evento, incluyendo el compromiso por parte de la empresa taurina de pintar los burladeros, “algo que comenzamos a hacer el primer día hasta que se nos echó de allí”.
Estefanía Muñoz va más allá al señalar que “este señor tiene muy claro que va a cimentar el ruedo, y sus proyectos son otros como hacer un supermercado allí, tal y como nos trasladó”.
“Cuando vio que el evento estaba cancelado quiso ponerse en contacto con nosotros, pero ya para qué me vas a llamar…”, afirma dejando en manos de sus abogados las pertinentes medidas legales que puedan tomar después de haber asumido unos gastos “como los 40.000 flyers que se han repartido por toda la Costa, más otros 20.000 que se han quedado metidos en una caja; hemos hecho campaña por todos lados”, se lamenta.
“Es muy diferente que digas que he quitado los toros porque a mí me ha dado la gana, no caballero, es que usted me ha prohibido vender entradas y acceder a la plaza”, concluye mostrándose muy pesimista con respecto al futuro: “Ojalá me equivoque, pero ahí ya no van a darse más toros…”.