No llegó el éxito esperado. La tarde no fue de triunfo para Joaquín Galdós en Sevilla. Tampoco de fracaso. El balance de su actuación en la Feria de Abril se quedaba en tierra de nadie, ante un toro muy deslucido y otro exigente y poco agradecido. Tuvo que vez cómo sus compañeros José Garrido y José Cadaval cortaban una oreja cada uno, de distinto peso, ante dos astados notables De Santiago Domecq.

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El primero de la tarde se partía un pitón en el primer derrote y era devuelto. En su lugar saltaba al ruedo de La Maestranza un sobrero del mismo hierro, un animal desrazado, sin empuje a los engaños que le presentaba el matador. Cada vez a menos, cuando embestía lo hacía a arreones; por lo que la faena no pudo ir a más pese a la disposición de José Garrido.

Joaquín Galdós ofrecía un buen recibo de capote al segundo de la tarde, rematado con una media muy airosa. El astado hizo cosas buenas en los primeros tercios, albergando esperanzas de triunfo, pero nada más tomar la muleta se le colaba por el pitón izquierdo, y por el derecho tampoco se entregaba y se quedaba muy corto. Hizo bien en tomar la espada y abreviar,

Durante un aguacero primaveral, el diestro sevillano Alfonso Cadaval hacía faena a un toro con clase y transmisión. Sin terminar de someterlo, fue acompañando las embestidas en tandas cortas. En su conjunto fue una actuación de detalles, pero sin la rotundidad que merecía su oponente. La determinación al tirarse a matar decantó la concesión de una oreja.

Pasado el ecuador del festejo, José Garrido demostraba su torería con el capote, sobre todo sacando al toro del caballo con el capote a la espalda. Fue a por todas, comenzando la faena rodillas en tierra, y llevándolo largo en el toreo en redondo. Le faltó al de Santiago Domecq romper por el pitón izquierdo, pero al volver a la diestra se retomaba el vuelo ante la exquisita elegancia del extremeño. Oreja de mérito tras media estocada en todo lo alto.

Con una oreja en el esportón para cada uno de sus compañeros, no le quedaba otra a Galdós que arrear en el quinto de la tarde. Se fue a recibir a portagayola a un toro muy serio, y lo brindaba al público antes de sacarlo al tercio y echar la pata ‘palante’ para aprovechar sus posibilidades por el pitón derecho. Era un burel exigente, poco agradecido con el esfuerzo del torero, y que impedía que el conjunto de su actuación alcanzara el vuelo deseado.

Con la opción de redondear una tarde que le permitiese entrar en el circuito, el sevillano Cadaval afrontaba el último con determinación. Quiso mucho, exprimirle cada opción que le dio, pero terminó por prolongar sin sentido. En esta ocasión, el de Domecq no tuvo el empuje de su anterior y solo pudo mostrar sus ganas de ser torero.

  • Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Feria de Abril.
  • Se lidiaron seis toros de Santiago Domecq, el primero como sobrero. Destacaron los encastados tercero y cuarto.
  • José Garrido: estocada baja, dos pinchazos y estocada (palmas tras aviso) y media estocada (oreja).
  • Joaquín Galdós: estocada y dos descabellos (silencio) y estocada baja (ovación).
  • Alfonso Cadaval: estocada (oreja) y pinchazo y estocada tendida (palmas).