El 60 Aniversario de la plaza de toros de Fuengirola fue una gran fiesta. Así lo quisieron sus profesionales, que no podían permitir que esta celebración pasara desapercibida en plena Feria de la Virgen del Rosario. Respaldó la afición la iniciativa de este Festival a beneficio de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer; propiciándose una emotiva tarde.
FOTOS: David Bracho
Abría el capítulo de matadores Fernando Cámara, que lidiaba al primero de los astados reseñados de la ganadería de Julio de la Puerta. Un encierro muy bien presentado para un acontecimiento de estas características. El toreo añejo del diestro quedaba patente en una labor desarrollada en los medios, aprovechando las embestidas por ambos pitones. Tanto lo que le permitió un animal venido a menos. También marcó el camino del triunfo al pasear las dos primeras orejas del festejo. Como nota curioso, los pañuelos empleados fueron los mismos que se utilizaron en la inauguración de la plaza. Fueron cedidos por Manuel Fernández Maldonado, ya que pues su abuelo fue el primer asesor de la plaza. Incluso fue quien puso la primera piedra para la construcción de la misma.
Corazón en estado puro. Amor a la tauromaquia dentro y fuera del albero. Así es Francisco José Porras, y así lo atestiguaba ya en un enrazado recibo con una larga cambiada, seguida de verónicas y chicuelinas; también elegidas para el quite. Disfrutó con un buen toro, al que se dejó venir de lejos, y al que cuajó sobresaliente al natural. Su entrega absoluta, como si se tratara de un novillero con una vida por hacer, fue justamernte premiada con las dos orejas y el rabo. Igual de justas que la vuelta al ruedo que se le dio al toro.
Por casta tampoco se iba a quedar atrás David Galán, que cerraba la nómina de matadores de alternativa. También se plantó de rodillas para recibir a su toro, quitó por chicuelinas, y con la franela quiso someterlo por bajo para quitarle su genio. No era un oponente sencillo, ni mucho menos, pero pudo más su firmeza que las malas intenciones del animal por echárselo a los lomos sobre todo por el pitón derecho. Otras dos orejas que hubo que sudar.
Fue elegante el recibo a la verónica del novillero Sergio Ruiz, que se reencontraba con su sueño en este festival. Lo quiso retomar toreando templado y queriendo llevar larga la embestida de su oponente; noble y con movilidad. Bien colocado, buscándole el pitón contrario, le realizó una faena muy seria de toreo fundamental. Y si encima se tiró a matar con decisión en todo lo alto, la concesión de los máximos trofeos estaba más que cantada.
Con la tarde en plena ebullición, a Antonio Pavón Galán le correspondía un novillo negro listón al que lanceaba a la verónica; antes de dejárselo venir de lejos en estimables tandas por el pitón derecho, el pitón por el que logró acoplarse mejor y conectar con los tendidos que vibraban con una gran tarde de toros. Terminó de caldear el ambiente con los molinetes finales que decantaron la balanza por la concesión de otros dos apéndices en un festival en el que arrancaba el paseíllo con su hijo de la mano en una imagen que a bien seguro nunca olvidará.
Entre los novillos con complicaciones se encontraba el que le correspondía a Juan Carlos Benítez, distraído y suelto en todo momento. Tras lograr pararlo de salida, le ejecutaba unas buenas verónicas rematadas con una revolera invertida. Comenzaba su labor muleteril con las rodillas flexionada para intentar someter al toro. Su lidia surgió efecto, pudiendo ligar las tandas por el pitón izquierdo, y concluyendo con ayudados por alto. Suya fue la estocada de la tarde, en todo lo alto, y que posibilitaba pasear feliz las dos orejas.
Precisamente fue la espada, más bien el descabello, el que privó de un pleno de triunfos en el séptimo de Samuel Ortiz. Su disposición a darlo todo quedaba demostrada en la larga cambiada de rodillas en el tercio de recibo. El de Julio de la Puerta resultó rajado desde la salida. No quiso más desde que en un comienzo de faena por bajo intentando someter al toro, se vio podido y buscó la querencia a chiqueros, de donde ya no quiso salir. Con todo, le quiso plantear faena, y el premio quedaba en un trofeo tras el uso defectuoso de los aceros.
- Plaza de toros de Fuengirola. Feria del Rosario. 60 Aniversario de la inauguración del coso.
- Se lidiaron reses de Julio de la Puerta, bien presentadas y de juego desigual. El segundo premiado con la vuelta al ruedo.
- Fernando Cámara: pinchazo y estocada (dos orejas).
- Francisco José Porras: pinchazo y estocada (dos orejas y rabo).
- David Galán: pinchazo y estocada (dos orejas tras aviso)
- Sergio Ruiz: estocada (dos orejas y rabo).
- Antonio Pavón Galán: media estocada y dos descabellos (dos orejas tras aviso).
- Juan Carlos Benítez: estocada (dos orejas).
- Samuel Ortiz: estocada atravesada y nueve descabellos (oreja tras aviso).
- La plaza registró más de dos tercios de entrada en tarde agradable.