Destacó Jorge Martínez, que sumó cuatro orejas en la final a tres del Certamen de Novilladas de Andalucía, celebrada en Antequera. El fuengiroleño Santana Claros cortó una oreja de cada uno de sus oponentes, y Manuel Perera desorejó al que cerraba plaza.
Había mucho en juego en el festejo celebrado este domingo de junio en Antequera. Los tres aspirantes más destacados del Circuito de Novilladas de Andalucía se daban cita en la primera de las finales, pero uno se quedará en el camino. Cuando se reúna el jurado, solo dos podrá hacer en el paseíllo en el mano a mano con el que el próximo día 11 se dará por concluida la competición en Atarfe.
Pero no solo estaba en juego una novillada más, sino que los dos primeros tendrán la oportunidad de participar en la Liga Nacional, y sumar algún festejo más. Que tal y como está el escalafón, herido de muerte ya antes de la pandemia, es oro puro.
Cada uno con su concepto, Santana Claros, Jorge Martínez y Manuel Perera lo dieron todo para seguir sumando. La iniciativa de la Fundación Toro de Lidia, con el respaldo de la Junta de Andalucía, es una oportunidad fundamental que no se puede desaprovechar.
Había interés por ver al fuengiroleño Antonio Santana Claros, un torero de pureza exquisita que atraviesa el mejor momento de su carrera. Tres verónicas templadísimas por el pitón izquierdo dejaron claro cual era el bueno. Lo dejó en el caballo a este de la ganadería de Domínguez Camacho con mucha torería en un afarolado. Tras ser prendido en banderillas su subalterno Sergio Aguilar, afortunadamente sin consecuencias, demostraba su admiración a Fortes en el brindis y apostaba por el pitón bueno. El utrero, sin raza ninguna, estaba deseando echarse, y el malagueño lo mantuvo en pie siempre bien colocado, sin salirse del toreo fundamental, y sacando todo lo que tenía con algún natural de bella traza. Tras una estocada trasera, paseó el primer trofeo de la tarde.
Con verónicas ajustadas recibía a su segundo, en este caso con el hierro de Virgen María. Con la muleta, quiso dar un golpe de efecto con tres estatuarios sin enmendarse y dos trincherazos de regusto. Sabedor de que esta vez tenía mejor materia prima, le dio sitio y tiempo, y deleitó con tandas por los dos pitones de mucha belleza. Santana tiene el don del temple, y pocos toreros en el escalafón habrá que compongan como él. Y además se los pasa cerca, como demostró en las bernardinas finales. Mala suerte que descordó al novillo al pincharlo y no pudo enterrar el acero. Pese a todo, sumó otra oreja.
Jorge Martínez, murciano formado en la Escuela de Almería, fue el primero en dar un golpe sobre la mesa en el segundo de la clase, al que lanceaba con suavidad. Buena labor de su cuadrilla, tanto picador como subalternos, que dejaba al utrero de Virgen María en óptimas condiciones al inicio de la faena. Muy justo de fuerza pero con nobleza, el animal le permitió ofrecer una faena técnicamente correcta por el pitón derecho, dándole el sitio y las distancias que requería. Así, se sucedieron las tandas en redondo, sin aspavientos, pero llegando a unos tendidos que, tras una estocada, le solicitaban los dos apéndices.
En el quinto, de Domínguez Camacho, Martínez quiso ratificar las sensaciones dejadas en su anterior oponente. Nuevamente lució en el saludo capotero, y se ratificaba la sobresaliente labor de su cuadrilla, elemento valorable por el jurado. El animal llegaba sin brío a la muleta, pero tiró de raza para ir sacándole los muletazos por ambos pitones en una labor bien estructurada en función del material que tenía delante. Siempre cruzado, se pegó un arrimón que finalizaba con manoletinas antes de lograr una gran estocada que le hace ser el más firme candidato a pasar de fase. Otras dos orejas al esportón.
El pundonor como máxima fue la carta de presentación del pacense Manuel Perera, que se plantaba en la puerta de chiqueros con el percal en la espalda. Arreando, no dudó en ponerse de rodillas en el inicio muleteril a un novillo más serio que los lidiados con anterioridad (sin excesos). Sin duda, está puesto y cuenta con recursos de sobra, pero no todos los pases fueron tan limpios como debieran. Donde está cómodo es en la corta distancia, con circulares, desplantes y todo un alarde de valor. Que de eso está sobrado. Todo se enfrió por el mal uso de los aceros.
Tenía que ir a por todas en el último, el tercero que saltó al albero antequerano de Domínguez Camacho. No le quedaba otra para no quedarse fuera de juego, y nuevamente se fue a portagayola, clavaba las rodillas en tierra, y continuaba con faroles en un inicio vibrante. El quite por gaoneras, dejándoselo venir de lejos, ratificó sus intenciones. Brindó al Secretario General de Interior de la Junta de Andalucía, Miguel Briones, que se encontraba en el callejón junto al alcalde de Antequera Manuel Barón, y se fue a los medios para iniciar también de rodillas una faena en la que demostró que, por todos los medios, quiere ser torero. Sin importar el precio. No le arrugó la voltereta que se llevó, y se volvió a meter entre los pitones. Los mismos sobre los que se tiró para dejar una estocada trasera y tendida que fue efectiva y le permitía desorejar al que cerraba plaza y cautivar a los tendidos con un toreo que, si bien no es de un súper clase, sí que es muy del gusto del gran público.
PLAZA DE TOROS DE ANTEQUERA
- Final a tres del Circuito de Novilladas de Andalucía.
- Se lidiaron tres astados de Domínguez Camacho (1, 5 y 6) y tres de Virgen María (2, 2 y 4). Muy desiguales de presentación, y de mejor juego los de Virgen María.
- Antonio Santana Claros: estocada trasera (oreja) y pinchazo que descuerda al toro (oreja).
- Jorge Martínez: estocada (dos orejas) y estocada (dos orejas).
- Manuel Perera: dos pinchazos, estocada y diez descabellos (palmas tras dos avisos) y estocada trasera y tendida (dos orejas).
- Saludaron en banderillas Sergio Aguilar (1) y Juan Rojas (5).
- La plaza registró tres cuartos de entrada sobre el aforo permitido, en tarde calurosa.