Fuengirola tiene otro torero: Santana Claros. Así rezaba una gran pancarta en los tendidos de sol. Y es verdad, no fue un sueño, era una realidad que el hasta ahora novillero iba a convertirse en matador de toros en la Feria de Málaga. Cogió la sustitución de Cayetano, realizó un viaje exprés desde México, y tomaba la alternativa cortando la único oreja de una tarde en la que Morante también brilló a gran nivel.

El de la alternativa, Samurai de nombre y con el hierro de Juan Pedro Domecq, le permitió lancearlo a la verónica con gusto. Para quien no lo conocía, enseguida se pudo dar cuenta de que se trata de un torero estilista. Quiso estar variado con el percal, y tras la ceremonia de alternativa, se fue a brindar a su familia una faena acorde a un buen toro, y en la que destacó una excelente tanda al natural. Mató de estocada corta, en todo lo alto, y se le solicitó mayoritariamente una oreja.

También lució a la verónica en su segundo, ratificándose como un gran capotero. Tras una lidia algo desordenada, brindaba al público y se quedaba en los medios para plantear faena a un animal descastado, que solo se tragaba los muletazos de uno en uno (hasta que se rajó del todo) por el pitón derecho. Por el izquierdo no quería nada. Lo puso todo el fuengiroleño, derrochando ganas de agradar pero siempre fiel a su concepto clásico. Dio una vuelta al ruedo tras una  petición minoritaria.

No tuvo opciones Morante en su primero. Ni con el capote ni con la muleta. El animal, muy rajado, solo embestía echando la cara arriba y no regaló ni una sola embestida. Lo intentó el maestro de La Puebla, y el público esperó pacientemente algo que nunca llegó. Saludó Juan José Trujillo tras parearlo.

La revolución morantista llegaba en el cuarto, un juampedro con calidad que permitió desplegar una completa actuación iniciada con seis verónicas con son. No quiso responder al exquisito quite por chicuelinas de Juan Ortega, sabedor de que podía estar limitado de fuerzas y casta. Con todo, el inicio de faena fue cumbre, tanto en los ayudados por alto sentado en el estribo, como en una primera tanda rematada atrás y por bajo que enloqueció a los tendidos. Supo cogerle la distancia, y las tandas fluyeron con temple absoluto por ambos pitones. Era de premio grande, pero erró con los aceros pese a lo que dio una vuelta al ruedo.

El tercero de la tarde, primero del lote de Juan Ortega, fue otro toro imposible para el lucimiento. De salida, embestía con las manos por delante, muy bruto. Ya con la muleta, se quiso doblar con él, buscarle las vueltas en busca de una opción de lucimiento, pero era algo imposible.

Su segundo fue peor aún. Una alimaña que se acostaba por los dos pitones el los capotes, y que llegó a la muleta dando derrotes con una embestida absolutamente descompuesta. Lo mejor era abreviar, como hizo Ortega, aunque luego se demorara con los aceros.

  • Plaza de toros de La Malagueta. Feria de Málaga.
  • Quinta de abono.
  • Se lidiaron seis toros de Juan Pedro Domecq, desiguales de presentación y juego. Sobresalieron los buenos 1 y 4. Deslucidos el resto.
  • Morante de la Puebla: estocada corta (palmas) y dos pinchazos, estocada tendida y descabello (vuelta al ruedo tras aviso).
  • Juan Ortega: pinchazo y estocada (silencio) y pinchazo, estocada corta y dos descabellos (silencio).
  • Santana Claros (alternativa): estocada corta (oreja) y estocada perpendicular (vuelta al ruedo).
  • Saludó Juan José Trujillo tras banderillear al segundo.
  • Casi lleno, en tarde calurosa.