El novillero de Benamocarra se siente feliz y con responsabilidad de cara a su compromiso en la Malagueta en el que espera demostrar la madurez de su concepto.
TEXTO: Javier Gallardo
José Antonio Lavado volverá a hacer el paseíllo en la Malagueta el próximo 22 de agosto en lo que él define como un sueño. Lo hace tras su última actuación en el año 2018 en la que estuvo anunciado con una novillada de Toros de la Plata. “Corté una oreja y me sirvió mucho, sobre todo, moralmente. Profesionalmente debemos aprender cada tarde, se triunfe o no”, explica. Sobre su situación profesional, al encontrarse sin festejos en los que estar anunciado, apunta: “En la vida, cada situación compleja creo que está para aprender. Aquí no vale el conformismo.”
De cara a su compromiso en la Malagueta, el novillero de Benamocarra se siente con responsabilidad pero feliz. “Nadie es profeta en su tierra y yo sé que hay muchas miradas, tanto en mí como en mis compañeros, pendientes de lo que hacemos, pero muy feliz. Si yo no fuese feliz cuando estoy en el patio de caballos me hubiese quitado de esto hace muchos años. Para mí poder torear, poder sentir lo que se siente delante de un toro, es felicidad absoluta”, afirma José Antonio Lavado.
No cree que Málaga le deba nada después de todos estos años, aunque él sí se sienta en deuda con ella. “Yo con Málaga quizás sí esté en deuda porque la mayor ilusión que tengo es cortar dos orejas en la Malagueta”, explica Lavado. “Me gustaría ofrecerle a la afición un toreo que creo que he madurado y que he cambiado en algunos aspectos desde la última tarde. Espero que este año se noten”, continua el novillero.
En cuanto a la maduración de su concepto, explica que se encuentra inmerso en la búsqueda de una mayor pureza y profundidad. “Es algo que me ha faltado desde mis inicios, teniendo otras cosas positivas, pero por esas dos nunca he destacado y yo creo que se podrán ver en la Malagueta el día 22 de agosto. Con esa pureza y entregando la verdad al toro, quizás demos un punto más que en ese 2018 en lugar de una oreja podrían haber sido dos”, recalca.
Su entrenamiento de cara al compromiso de Málaga lo basa en la preparación física, mental y en el toreo de salón, al que le da mucha importancia para estar preparado con cualquier animal. “Lo que se hace entrenando, si se hace con corazón, después sale delante de los animales”, asegura. Ante la pregunta de qué espera de la tarde del próximo 22 de agosto, José Antonio Lavado concluye: “Sinceramente, lo único que espero es cortar dos orejas y que la afición de Málaga se vaya contenta y feliz.”