Antonio Ferrera, Salvador Vega y Andrés Roca Rey han cortado una oreja cada uno en un festejo triunfalista en su primera parte, y que decayó en la segunda. Desigual juego de las reses de Daniel Ruiz.

Segundo día de la Mini Feria de Málaga 2021 y segundo ‘no hay billetes’ dentro del aforo permitido, aunque ciertamente a diferencia del viernes, esta vez La Malagueta no parecía estar tan llena.

Abría el cartel Antonio Ferrera, en sustitución de Cayetano, ante Artesano, un buen toro de Daniel Ruiz. Ya mostró su particular concepto del toreo a la verónica, estirándose primero para ir encorvándose después. Justo lo contrario a la evolución de la especie. Tras llevarlo por delantales a la verónica, el animal terminó de cantar sus bondades, al igual que en el quite por chicuelinas de Salvador Vega. En banderillas, el matador se encargó de la lidia y cedió un par a cada uno de sus subalternos, que cumplieron con brillantez. Llegada la faena, brindada al respetable, el diestro nos deleitó con una sucesión de tandas distanciadas y periféricas. Para matar, quiso nuevamente romper los cánones colocándose a más de veinte metros y, con la espada montada, irle andando hasta llegar al embroque. Pero en este punto, se salió de la suerte y dejó media estocada en los bajos. Mucho artificio para nada. Sorprendentemente, el público solicitó la oreja que fue concedida por el palco.

Derechazo de Antonio Ferrera al primero de su lote. David Bracho.

Si el primero de Ferrera tenía un buen pitón derecho, el notable de su segundo fue el izquierdo. Por ahí se basó toda su actuación de este cuarto con el que, si bien es cierto que se mostró menos excéntrico en los primeros tercios, desplegó toda la artillería de artificios para vestir unas tandas que nuevamente estuvieron marcados por la falta de ajuste. Con todo, volvió a enloquecer al personal, que de no haber estado muy desacertado con los aceros le habría pedido otra oreja. Incluso se le ovacionó tras escuchar dos avisos por precisar de cinco pinchazos, media estocada y un descabello.

Antonio Ferrera, al natural en el cuarto de la tarde. David Bracho.

El segundo de la tarde, el del reencuentro de Salvador Vega con La Malagueta seis años después, le sirvió para cortar una oreja tras una actuación meritoria. El burel, noble pero con poca fuerza, sembró el pánico en tres ocasiones, primero al derribar al caballo, y dos veces al prender al matador durante su faena de muleta. El malagueño no pudo brindar a sus paisanos la faena rotunda que esperaba, pero sí que pudo dejar pases muy desmayados, de uno a uno, mostrando que este paréntesis en su carrera no ha hecho más que hacerle crecer como torero. No se afligió ante los percances y en los dos casos volvió a la cara del toro con la misma serenidad, hasta enterrar la estocada y pasear una oreja que, durante la clamorosa vuelta al ruedo, debió saberle a gloria.

Salvador Vega, al natural en el primero de su lote. David Bracho.

Más allá del quite al primero toro de Ferrera, no pudo cuajar ninguno de sus toros con el capote Salvador Vega. Su segundo fue un animal complicado, que echaba la cara arriba y tenía tendencia a ser mirón. Difícil lucir con él. Pero el de Manilva no se había vestido de torero para hacerse la foto. Venía a torear con todas las consecuencias, y se plantó ante el serio astado y logró que no le tocara el engaño hasta poder robarle los lances a base de aguante y cruzarse al pitón contrario. Fue una faena más del gusto de los aficionados y profesionales que para el gran público. Y sobre todo, fue una faena para el matador, que se debe sentir satisfecho de haber estado a la altura, y más, de las circunstancias. Estuvo mal con la espada en éste.

Un instante de la faena de Salvador Vega al quinto de la tarde. David Bracho.

En la senda triunfalista de la tarde, Andrés Roca Rey también cortaba una oreja. Parece que estar entre los pitones y matar rápido es suficiente en Málaga para que se saque el pañuelo. De acuerdo con que la democracia es eso, pero el nivel de exigencia es ínfimo. El peruano es valiente, eso lo sabemos todos, pero esta primera actuación no tuvo argumentos para este fervor. Un quite echándose el capote a la espalda y un arrimón aprovechando que el toro estaba parado y se quedaba corto fue lo vivido, más allá de una estocada efectiva.

Inicio de la faena de Roca Rey. David Bracho.

El sexto fue un manso de libro. Rehuyó de la pelea y esperaba a los banderilleros. Roca se puso delante entre las protestas del público, y enseguida evidenciaba la imposibilidad de sacarle el más mínimo partido.

Andrés Roca Rey ante el manso sexto. David Bracho.
  • Plaza de toros de La Malagueta. Segunda de abono
  • Se lidiaron seis toros de Daniel Ruiz, correctamente presentados y de juego desigual. Destacó el buen primero, y el peor fue el manso sexto.
  • Antonio Ferrera: media estocada en los bajos (oreja) y cinco pinchazos, media estocada y descabello (ovación tras dos avisos).
  • Salvador Vega: estocada desprendida (oreja) y tres pinchazos y media baja (ovación tras aviso).
  • Roca Rey: estocada desprendida (oreja) y pinchazo, estocada atravesada y decabello (silencio).
  • Lleno de ‘no hay billetes’ dentro del aforo permitido del 50 por ciento.
  • Saludaron en banderillas Francisco Javier Sanguino, Montoliú y Fernando Sánchez en el primero.