El pasado viernes 23 de agosto, un novillo de la ganadería de Gabriel Rojas arrollaba al banderillero malagueño Emilio Bolaños en la tercera de las semifinales del Certamen Internacional de Escuelas Taurinas de La Malagueta. Tras recibir múltiples golpes en el suelo, se repuso con gallardía para continuar su labor. Hoy se sabe que fue algo más que una gran paliza.
Bolaños siguió, dolorido, con su labor como tercero. Una vez concluido el festejo, marchó a hacerse pruebas médicas que en un principio descartaron más lesiones al margen de las contusiones. Como prueba de que los toreros están hechos de una pasta especial, toreó la final al día siguiente; y ha seguido cumpliendo otros compromisos como novilladas con picadores con Francisco Morales.
Viendo que los dolores no remitían, la pasada semana volvía a acudir al médico, que le remitía a nuevas pruebas radiológicas en las que se identificaron hasta cinco fracturas dorsales no desplazadas, concretamente en los arcos delanteros de las costillas cuarta, quinta, sexta y séptima del lado derecho, así como también la séptima del lado izquierdo.
Esta circunstancia no le impedía torear incluso el sábado 14 en la clase práctica en Cortes de la Frontera, y en su mente está el cumplir con todos los compromisos adquiridos hasta final de la temporada, en el que será su adiós definitivo a los ruedos.
Junto a diversas novilladas de la Escuela Taurina de la Diputación, Emilio Bolaños también tiene la intención de formar parte de la cuadrilla de Javier Orozco el próximo 12 de octubre en la corrida de toros que se va a celebrar en la localidad malagueña de Igualeja.
Compartimos un secuencia del percance: