El Museum Jorge Rando, en colaboración con el Museo Casa Natal Picasso, presenta la exposición ‘Encuentro en la arena. Pablo Picasso y Jorge Rando’ que se inaugura este 20 de marzo y podrá visitarse hasta el próximo 22 de mayo.
Esta exposición se acoge dentro de ‘Picasso Celebración. 1973 – 2023’, un programa de alcance internacional a través de una comisión que reúne a las administraciones culturales y diplomáticas de los gobiernos de Francia y de España y que gira en torno a exposiciones y eventos que se celebran en instituciones culturales de renombre de Europa y América del Norte.
A la rueda de prensa han acudido Francisco de la Torre, alcalde de Málaga; Noelia Losada Moreno, concejal del Área de Cultura y Deporte; Antonio López Vega, profesor de Historia Contemporánea UCM y Director del Instituto Universitario de Investigación Ortega- Marañón; José María Luna Aguilar, director de la Agencia pública para la gestión de la Casa Natal de Pablo Ruiz Picasso y otros equipamientos museísticos y culturales; Mario Virgilio Montañez Arroyo, del Museo Casa Natal Picasso; Vanesa Diez Barriuso, directora del Museum Jorge Rando, y el propio Jorge Rando.
‘Encuentro en la arena’presenta una de las temáticas más reveladoras y recurrentes de la producción artística de Picasso, las tauromaquias, junto a las obras del mismo motivo de Rando, que son expuestas por primera vez. Esta muestra nos permite ahondar en la diferente mirada de ambos maestros sobre este acontecimiento primigenio y la utilización de impresionantes resoluciones plásticas.
El toreo es un enfrentamiento entre un animal y un hombre cuyo fin, sin mímesis, no es otro que la muerte. Este encuentro dionisiaco con elementos protagónicos, propios de la tragedia, como el dolor, el sufrimiento, la sangre y la muerte ha sido motivo de inspiración de pintores, intelectuales y literatos a lo largo de los siglos. Pero en el imaginario cultural de la tauromaquia surge un nombre como cénit, Pablo Picasso. La relación de Picasso y los toros se inicia en su infancia convirtiéndose en uno de sus principales motivos a lo largo de su trayectoria, tanto en sus diferentes épocas, desde la realista a la cubista, como en su versatilidad artística como pintor, escultor, ceramista o grabador.
La exposición, con obras datadas entre 1929 y 1960, nos permite contemplar esas escenas que tanto fascinaron al maestro malagueño, y que trasladó al papel tanto por placer estético como para representar la lucha de la vida con la muerte. El toro se sitúa, junto a la paloma, como uno de sus animales icónicos. Lo encontramos solo, sin compañía humana, y retratado de cuerpo entero o solo la cabeza. Podemos contemplar cómo Picasso sometió al animal a un continuo proceso de simplificación, hasta llegar a retratos de apenas unos trazos. Entre las obras surgen imágenes de picadores, de corridas y caballos junto a escenas de desnudos que nos permiten adentrarnos en ese universo picassiano del alter ego del pintor y su celebración de la mitología.
En el caso de Jorge Rando el leitmotiv de sus tauromaquias fue el impacto de la belleza plástica y las posibilidades estéticas. A diferencia de Picasso, Rando solo acudió a una corrida en los años 70. Tras ser invitado a la Goyesca de Ronda, no regresaría a una plaza de toros, pero esa tarde fue suficiente para que en su memoria y en sus apuntes quedasen registrados los momentos fugaces de la lidia y los lances. Según sus propias palabras de «ese baile de la vida con la muerte». Para el joven pintor aquella tarde fue un catalizador de impresiones, de las que surgieron más de cien obras entre dibujos, acuarelas y óleos datadas en los años 70. A diferencia de otros artistas, Rando ha manifestado en diferentes ocasiones que nunca tuvo la tentación de realizar grabados, en su premisa de enfrentarse al papel o al lienzo una sola vez.
En las obras escogidas para esta muestra, expuestas por primera vez, el pintor omite la plaza y la gente, desaparecen como si se tratase de un atrezo innecesario. En sus propias palabras: «Nunca consideré a mis dibujos y pinturas sobre las corridas como uno de mis ciclos, pero sí decidí dejar constancia de todas esas sensaciones que me produjeron el ambiente, los movimientos sobre el ruedo, el colorido, la conjunción de lo masculino con lo femenino, el baile, el beso… y al final la muerte… ¿ y el público? … Eliminé al público porque una vez que quise condensar todo lo vivido, me sobraban. »
Aunque en el vacío pueda percibirse ese ambiente imperioso, furtivo y teatral. Rando nos convierte en miradores privilegiados de la escena intimista: la del animal y el hombre, frente a frente. Quizá, como la siente el toro y el torero. Solo conscientes el uno del otro. A mano alzada consigue que la aglomeración de ritmos y composiciones que encierra la tauromaquia se sometan a la sencillez y riqueza del dibujo y el color. En esta exposición nos encontramos con dibujos a trazo de tinta negra. El número de líneas va disminuyendo, parece que se unen, formando por instantes obras a un solo trazo, un solo dibujo en el que se acotan los terrenos y los espacios. Ante la sobriedad del dibujo hallamos impactos de color con los que el pintor es capaz de trasladarnos la riqueza sensorial y colorista del evento. El dibujo y el color nos permiten la contemplación de varios movimientos en una sola imagen, la viveza, la fugacidad, el brío y la tensión. El dibujo nos brinda los movimientos geométricos y el color hace gala de los elementos retóricos.
‘Encuentro en la arena’nos permite contemplar y ahondar en el universo creador de los dos maestros malagueños. Dos maneras de sentir y expresar lo acontecido en una plaza de toros. Dos lenguajes diferentes para trasladarnos el duelo del toro y el hombre, el de la luz y la sombra, el del movimiento y la quietud. En definitiva, dos miradas al encuentro de la vida con la muerte.
Durante los meses de la exposición se desarrollará una completa agenda cultural con eventos de cine, poesía y conferencias.