Todos los investigadores que han acudido a la sala de lectura del Archivo Municipal de Málaga durante los últimos años, han sido testigos, hasta hace pocos días, de la presencia de un imponente cartel taurino enmarcado en la pared, entre los ventanales que asoman a la Alameda.
TEXTO: Salvador Valverde Gálvez
El cartel, de 1910, que mide 270 cm x 130 cm, fue sometido a un proceso exhaustivo de conservación y restauración desde septiembre de 2017. Según Francisco Ordóñez Olalla, técnico en Artes Gráficas y editor, había pocas imprentas en Málaga en 1910, aunque eran muy importantes por las ediciones impresas de lujosas etiquetas de vino y de cajas de pasas con ricas ilustraciones modernistas. Afirma que el presente cartel se realizó en papel de poca calidad, “porque acusa una fuerte oxidación fruto de los blanqueamientos ácidos de la época”, en la imprenta de Fausto Muñoz, que también se especializó en la realización de carteles taurinos y que era la única, en esos días, que hacía impresiones de gran tamaño. Debido a que el cartel en cuestión mide casi tres metros de alto y más de uno de ancho, la imprenta tuvo que imprimirlo en varias partes. Las alegorías del cartel, impresas en litografía, fueron realizadas por el artista Francisco Rodríguez, tal como puede comprobarse en lo que se ha conservado de la reseña de la parte inferior del cartel antes de ser restaurado.
Curiosamente, para dar utilidad en el tiempo a las alegorías realizadas, que formaban parte a la imagen principal de los carteles impresos en grandes cantidades, se solía volver a imprimir los textos, mediante tipografía, correspondientes a la información del evento en los mismos carteles ya utilizados anteriormente. El cartel que nos ocupa, en palabras de Francisco Ordóñez, “tiene la particularidad de haber sido reimpreso por tercera vez (la primera con las alegorías, la segunda con un texto de otro evento y la tercera con la información actual), ya que tiene una sobreimpresión de tinta plata para cubrir un texto que ya tenía anteriormente y, de este modo, se podía volver a utilizar imprimiendo de nuevo la información que se requería en ese momento”. Tal como afirma el editor consultado, que se conserven ejemplares como este, es toda una reliquia.
El festejo que anuncia el cartel
La reliquia es mayor por la particularidad que el esperado festejo, anunciado para el 15 de mayo de 1910 en la Plaza de Toros de La Malagueta, no llegó a celebrarse. Había expectación en la corrida en Málaga porque era el debut como novillero profesional del hispano estadounidense, nacido en Málaga, Rafael Gómez Brayley, carismático aficionado taurino y querido personaje de la sociedad malagueña. El cartel anuncia “Una gran corrida de seis hermosos novillos-toros pertenecientes a la acreditada ganadería de D. Antonio Campos Varela, vecino de Sevilla, con divisa azul, blanca y rosa”. El espada vallisoletano Pacomio Peribáñez acompañó a Brayley en el cartel. “Una banda de música amenizará el espectáculo. 25 puertas de la plaza se abrirán a las dos y media y la corrida dará principio a las cuatro y media”. Las entradas generales de Sombra costaban dos pesetas y las de Sol, una.
La causa de la suspensión del festejo se desconoce porque no se conservan ejemplares de prensa malagueña en los días posteriores. No parece ser que la cancelación se produjera de manera repentina, como por ejemplo por inclemencia climática, porque hay constancia de que Pacomio Peribáñez, espada anunciado, toreó ese mismo día en Valencia con Ostioncito y Rubio. Además del insólito cartel, como prueba de esa no corrida la vemos en la publicación La Unión Ilustrada en el ejemplar del mismo día que tenía que celebrarse el festejo, en la que incluso un retrato de Brayley ocupa la página de la portada.
La presentación como novillero de Rafael Gómez Brayley se produjo finalmente a la semana siguiente, el 22 de mayo de 1910, tal como confirman los ejemplares de prensa conservados consultados. La diferencia del cartel que nos ocupa, además de la fecha, es que el novillero que acompañó a Brayley fue Fernando Gómez Gallito chico. Brayley dio muestra de su aptitud, tal como reseñaron las crónicas de prensa con ejemplos como estos:
“Su debut constituyó un triunfo inmenso, legítimo y colosal. La corrida resultó en extremo animada, pues el debut del aristocrático torero despertó la curiosidad y atrajo numerosa concurrencia, dando realce a la tan discutida y llamada fiesta nacional” (La Unión Ilustrada, 29/05/1910).
“Rafael Gómez será torero, y más que torero, matador, porque le sobran condiciones y corazón. El debut ha sido brillante, y esto quiere decir mucho; porque el natural azoramiento y otras circunstancias, bien pudieron deslucir su labor. Toda la tarde estuvo en su sitio cumpliendo como torero serio, pronto a los quites y a las ayudas” (Varetazo en Sol y Sombra, 16/06/1910).
Rafael Gómez Brayley no pudo tomar la alternativa como matador de toros, aunque, para ello, incluso se señaló la fecha del 20 de agosto de 1911 en La Malagueta; también se suspendió esta corrida debido a un descanso temporal obligado por su delicado estado de salud causado por el reuma que sufría. La carrera de esta singular figura fue corta (murió joven, el 22 de noviembre de 1913 con 29 años), pero forma parte de la historia taurina malagueña, ya no únicamente por los importantes años (pocos pero intensos) que estuvo en los ruedos españoles como novillero, sino porque también protagonizó el cartel insólito que se conserva en el Archivo Municipal de Málaga. Desde esta publicación, solicitamos su permanente exposición para el disfrute de los apasionados por la historia de Málaga y, en especial, de los que son también del mundo taurino.
Para más información sobre la figura de Rafael Gómez Brayley, se recomienda la lectura del libro Rafael Gómez Brayley, más allá de la pasión, escrito por el autor del presente artículo y publicado por Jákara Editores.