Más que interesante corrida de Murteira Grave la lidiada en la tarde de este sábado en la Feria de Málaga. La divisa portuguesa regresaba a La Malagueta, tras muchos años de ausencia, para lidiar un encierro bien presentado, algunos encastados y otros con clase. Se confirma que el legendario hierro luso ya es más que ‘toreable’, como demostraron los tres espadas actuantes, que cortaron una oreja cada uno.

FOTO: Arjona / Lances de Futuro

Arrancó el festejo en tono triunfal con la oreja paseada por el murciano Rafael Rubio ‘Rafaelillo’, en la que era su presentación de matador en esta plaza. Era una tarde especial para él, ya que rendía homenaje a su madre, recientemente fallecida, y a la que brindaba la muerte de este toro. Lo recibía al primero de Murteira Grave con una larga cambiada de rodillas en el tercio, y desarrollaba una faena en la que se mostró como lo que es: un torero tremendamente poderoso. Se dobló por bajo y desarrolló un torero alegre ante un astado que no presentó las complicaciones que se presuponen de esta ganadería.

Un punto por debajo del nivel que ofrecieron buena parte de los toros de Murteira, el cuarto de la tarde también fue un toro que se entregó en la muleta. Rafaelillo, acostumbrado a las corridas más duras del campo bravo, fue fiel a la forma de torear que le ha hecho ganarse el respeto de los aficionados y profesionales. Se dobló con él, en su personal tauromaquia, y no bajó la guardia en ningún momento. Saludó una ovación pese a no estar acertado con los aceros.

Manuel Escribano no dio dudas de su capacidad desde el recibo capotero con una larga cambiada, que tenía prolongación con lances a la verónica y el remate de la media en la verónica. Ya ahí se apreció que estábamos ante un gran toro, que se arrancó al caballo de lejos y se desplazó con alegría en banderillas; donde el de Gerena expuso y levantó al público de sus tendidos. Todo lo que había hecho hasta el inicio de la faena, brindada a Rafaelillo a modo de pésame, era de bandera. Pero se le había exigido mucho y le faltó el fuelle (y un punto de casta) para poder seguir el engaño que le presentaba el poderosísimo matador. Se le pidió la oreja (no concedida) tras una estocada que hacía guardia. Dio la vuelta al ruedo.

El trofeo le llegó en el quinto. Este toro destacó por ser el más noble del buen encierro, y Escribano volvió a mostrar su compromiso con el público, y sobre todo por su profesión. Se fue a recibirlo de rodillas más allá del tercio, aguantó impasible la dubitativa salida del astado hasta darle la larga cambiada; y en banderillas causó otro lío. Sobre todo en un cuarto par citando sentado desde el estribo. En la faena, brindada al público, se lo dejó venir de lejos para instrumentarle un molinete y comenzar una labor fundamentada en el pitón derecho que supo disfrutar con la afición malagueña.

Llegado al ecuador del festejo, ya habían saltado al ruedo dos toros interesantísimos de Murteira. Y el tercero también lo fue. Fue un toro que fue a más conforme avanzaba la lidia, y terminó por entregarse a la muleta que le presentaba un Javier Orozco que también fue a más. Tras un discreto comienzo de la lidia con el capote, y un tercio de banderillas que creó desconcierto, todo dio la vuelta al coger la muleta. El debutante matador rondeño se reivindicó al administrarle el toque abajo que precisaba el astado y dejarle siempre el engaño en la cara. Así fueron fluyendo las tandas, con algún pasaje del gusto artístico que atesora el diestro. Paseó una oreja, con fuerte petición de la segunda; a pesar de que la espada cayó baja.

En el que cerraba plaza pudo desplegar con más soltura el capote a la verónica. Le instrumentaba dos buenos puyazos el picador Adrián Navarrete, y su cuadrilla malagueña estuvo solvente en banderillas y en la lidia. Agradeció la implicación de la Diputación con la tauromaquia en un brindis a su director de Asuntos Taurinos, y arrancó la prometedora faena a un toro que se quiso rajar por momentos. Pese a su aún corto bagaje, volvió a demostrar su capacidad. Precisó de dos pinchazos antes de dejar media estocada

  • Plaza de toros de La Malagueta. Cuarta de abono. Corrida de toros.
  • Se lidiaron seis toros de Murteira Grave, bien presentados, y de buen juego en general.
  • Rafaelillo: estocada (oreja) y dos pinchazos y estocada corta (ovación tras aviso)
  • Manuel Escribano: estocada baja y atravesada (vuelta al ruedo tras aviso) y estocda trasera y tendida (oreja tras aviso).
  • Javier Orozco: estocada baja (oreja) y dos pinchazos, media estocada y dos descabellos (silencio).
  • La plaza registró media entrada en tarde agradable.