David de Miranda reventó la Feria de Málaga con una actuación memorable; mostrando un nivel asombroso ante un complicado y peligroso lote de Victoriano del Río. Su firmeza y valentía, puesta al servicio del toreo, impactó entre una afición que fue a ver a Roca Rey y terminó cautivada por el onubense. Un trofeo de cada uno de sus oponentes paseaba Manuel Escribano, con el lote más propicio, en una tarde gris de la máxima figura peruana, que se marchaba de vacío.
FOTOS: Arjona / Lances de Futuro
La ganadería de Victoriano del Río marcó un alto nivel de inicio con la lidia de ‘Jaceno’, primero de la tarde que recibía plantado de rodillas ante la puerta de toriles el diestro Manuel Escribano, que se estiraba a la verónica y llevaba al burel por chicuelinas al caballo. Como siempre espectacular en banderillas, el tercero al quiebro, optaba por pasárselo dos veces cambiado por la espalda en el inicio de una faena en la que el astado ratificó su categoría. Acompañó el espada hispalense al animal, en una faena que, pese a la doble petición de oreja tras la estocada, solo alzó el vuelo en las manoletinas finales mirando al tendido. El palco solo concedió un trofeo.
Otro apéndice cortaba del segundo de su lote, al que como es habitual también recibía de rodillas ante toriles. Estuvo brillante en banderillas, exponiendo por los adentros sobre todo en un tercer par al quiebro después de esperarlo sentado en el estribo. Con la muleta se evidenciaba que le había correspondido el lote de la tarde. Sin llegar al nivel del primero, éste también le regaló embestidas para ligar las series fundamentalmente por el pitón izquierdo. Bien Escribano en darle sus tiempos, rellenando los espacios con torería mientras sonaba ‘La Concha Flamenca’. Nuevamente estuvo rotundo con la espada y la concesión del trofeo fue unánime.
Lo mejor del segundo de la tarde lo hizo David de Miranda en un ajustadísimo quite por gaoneras. El toro, que le correspondía a Andrés Roca Rey, resultó rajado y el grueso de la faena se desarrollaba en la zona de toriles. Antes, en los primeros compases del trasteo de muleta, se vivieron los momentos de más emoción al no enmendarse con las largas arrancadas del burel. El resto, lamentablemente, tuvo poca trascendencia o nada.
El sobrero quinto, con el hierro de Toros de Cortés, fue un astado serio de presencia y manso de juego. Sustituía a uno del primer hierro de la casa protestado por dejarse atrás los cuartos traseros, y no mejoró una corrida que en lo ganadero fue de más a menos. Roca Rey tiró de técnica y pundonor para sacarle las tandas con la zurda, dándole un toque preciso en el momento del embroque, derrochando una voluntad que no justifica el que prolongara sin el más mínimo contenido. Llegó a escuchar dos avisos tras demorarse con los aceros.
Dos orejas cortaba en el primero de su lote David de Miranda tras una faena importante de verdad. Lo recibía por delantales, y ya por ahí demostró que por el pitón izquierdo no quería nada. Evidenció su falta de casta, pero también tenía un peligro más que evidente. Con un valor asombroso, de esos que da miedo verlo, logró someterlo por el pitón derecho a base de aguantar cómo le ponía los pitones en el pecho en cada arrancada. Siempre con las zapatillas asentadas, no le dudó en ningún instante, con un valor seco admirable, y se postuló como posible triunfador de la Feria.
El onubense ratificaba su gran tarde con el sexto, otro toro que nunca se entregó y ante el que expuso hasta el punto de ser cogido dramáticamente. Se libró milagrosamente y pudo salir por la Puerta Grande ‘Manolo Segura’ tras un recibo por delantales que ya demostró la impavidez de su toreo. En la faena de muleta, brindada a Fortes, comenzaba con estatuarios en los medios con las zapatillas asentadas; para meterse entre los pitones con gran exposición y ganarse el respeto de una afición entregada. Sumaba un tercer trofeo a su tarde, a pesar de la defectuosa colocación de una efectiva estocada. Tras salir por la Puerta Grande ingresaba en la enfermería y era trasladado a un centro hospitalario para realizar pruebas clínicas.
- Se lidiaron cinco toros de Victoriano del Río y uno (5) como sobrero de Toros de Cortés. Correctos de presentación y de juego desigual. Destacó sobre todo el encastado primero, y también el noble cuarto.
- Manuel Escribano: estocada desprendida (oreja) y estocada (oreja).
- Roca Rey: estocada (ovación) y media estocada, tres pinchazos, estocada y dos descabellos (silencio tras dos avisos).
- David de Miranda: estocada (dos orejas) y estocada baja (oreja).
- Lleno de ‘no hay billetes’ en tarde calurosa.