La ganadería de Murteira Grave no cumplió con lo esperado. El gran nivel mostrado por la reses del hierro luso el pasado año no fue mantenido en esta Feria de Málaga, con un encierro muy descastado en su conjunto que lastró la alternativa del rondeño Pablo Páez. Una oreja pasearon en sus respectivas presentaciones en La Malagueta Pepe Moral y Molina, con actuaciones de gran disposición.

FOTOS: Arjona / Lances de Futuro

‘Caminante’ fue el toro de la alternativa de Pablo Páez, un animal que desarrollaba nobleza en los primeros compases de la lidia, pero que se vino pronto a menos. Le permitió desplegar con gusto el capote a la verónica y en una media antes de la ceremonia; y a continuación solo pudo mostrar voluntad y ganas de agradar ante un astado que no fue el que tantas veces había soñado para convertirse en matador de toros.

El que cerraba plaza fue un toro con muchas complicaciones. Pedía mucha experiencia para estar delante de él, y apenas hacía dos horas que era matador de toros. Aunque no era de brindis, quiso mostrar su gratitud al director de Asuntos Taurinos de la Diputación, Borja Ortiz, entregándole su montera. Lo intentó con voluntad por el pitón izquierdo, pero el astado le echaba los pitones arriba en cada envite. La afición estuvo cariñosa con él en una tarde que debía ser soñada y podía haber terminado en pesadilla por la complejidad de las reses lidiadas.

Disposición máxima de Pepe Moral en el toro de su presentación en Málaga dieciséis años después de haber tomado la alternativa. Se fue a recibir a porta gayola al de Murteira, un manso de solemnidad que esperaba a los banderilleros. No interfirió esta condición el la actitud del diestro, que tras brindar al público le plantaba la muleta con determinación para sacarle meritorios pases, casi siempre de uno en uno, por ambos pitones. Esa misma decisión la mostraba al entrar a matar, paseando la primera oreja del festejo.

Nuevamente se fue a chiqueros en su segundo, pasando un atragantón porque el animal se parada a pocos metros del diestro. Le aguantó y logró pasarlo. Tras brindar al empresario José María Garzón, se plantaba nuevamente de rodillas en una faena muy condicionada por la condición de un animal que fue de poco a nada. Siempre por el pitón derecho, al manos lograba sacarle un par de tandas en redondo que refrendaban un feliz encuentro con la afición malagueña. Esta vez no estuvo tan certero con la muerte suprema.

También era novedad en Málaga el albaceteño Molina, al que correspondía el mejor de los toros de Murteira lidiados hasta ese momento. Gustó su manejo del capote, así como un inicio de faena vibrante rodillas en tierra, cambiado por la espalda incluido. Luego, el animal fue de más a menos, y él quiso mantener el nivel en una elegante faena fundamentada en el pitón derecho. Lo quiso llevar largo y rematar atrás siempre; faltando un pelín de ajuste para redondear su labor. Lo suplió con una contundente estocada que le permitía cortar una oreja de peso. Incluso se solicitó con benevolencia un segundo trofeo…

Otra oreja paseaba del segundo de su lote, otro animal desrazado como el conjunto de lo de Murteira. Se tragó un par de tandas al principio de la faena, y a partir de ahí fue una lucha continua del diestro por sacar partido de donde no había. Cruzándose al pitón contrario, le sacó de uno en uno los medios muletazos antes de dejar una excelente estocada que determinó que, pese a que la labor no alcanzó el vuelo deseado, se le concediera un segundo trofeo.

  • Se lidiaron toros de Murteira Grave, correctos de presentación y descastados en su conjunto.
  • Pepe Moral: estocada (oreja) y cinco pinchazos y estocada (silencio)
  • Molina: estocada (oreja) y estocada (oreja).
  • Pablo Páez (que tomaba la alternativa): cuatro pinchazos (palmas tras aviso) y dos pinchazos y estocada baja (silencio).
  • La plaza registró media entrada en tarde calurosa.
  • Saludó Víctor del Pozo, de la cuadrilla de Pablo Páez, tras banderillear al sexto.